Seguramente sepas quien es Elon Musk, el millonario aquel que en los 90 ayudo a fundar PayPal, y que luego de su venta se ha dedicado a invertir su dinero en crear empresas tecnológicas innovadoras.
Musk, es odiado por muchos por su controvertida personalidad, pero también idolatrado por otros que ven en su imagen a un empresario innovador, futurista y disruptivo.
También es posible que sepas de SpaceX su empresa dedicada a la construcción de cohetes espaciales que planea ganar la carrera de lo que se supone será, el futuro de los vuelos espaciales comerciales.
Pues bien, desde hace años SpaceX ha presentado públicamente su proyecto llamado Starlink que pretende poner en órbita miles de satélites, alrededor de la tierra, para vender Wi-Fi de bajo costo y de la misma calidad a todo el mundo.
A finales de 2018 Musk recibió las ultimas aprobaciones legales que le permitirán poner cerca de 12.000 satélites y que espera comenzar a funcionar comercialmente a mediados de 2020 y terminar para el 2025.
Después de años de desarrollo, pruebas y fracasos, esta semana se dio el primer paso, utilizando los cohetes de SpaceX fueron puestos en órbita los primeros 60 satélites que van a conformar la red.
Los satélites totales de la red estarán separados en dos niveles, la primera capa y la más grande estará ubicada a menos de 400km de altitud, mientras que la segunda capa estará por sobre los 1.000km de altitud.
Los propósitos del proyecto son dos, por un lado, vender internet a todo el planeta a bajo costo, pero sobre todo reunir dinero para sus proyectos futuros en mira a Marte, y es que colonizar Marte y llevar tecnología es la obsesión de SpaceX, el resto es el camino que debe seguir para lograrlo.
Numerosas alertas y críticas sobre la contaminación espacial han llegado al proyecto que ha debido hacer cambios importantes, teniendo en cuenta que hay al menos tres empresas que planean hacer lo mismo, la basura espacial al parecer será una realidad.
En cuanto al éxito o fracaso de la iniciativa, hay que decir que en el pasado se han intentado proyectos similares, de mucho menor tamaño por supuesto, pero que no han sido exitosos.
Lo cierto es que SpaceX está probando y mejorando su tecnología pensando en Marte, y muchas otras empresas, incluida Google, están apostando por estas redes de satélites.
En el futuro, quizás no tan lejano, todos nuestros dispositivos estarán conectados a internet inalámbrico de altísima velocidad, si ese internet viene de satélites o no, es aún un gran interrogante.