La acalorada batalla que Google libra frente a los bloqueadores de publicidad continua cada día con nuevas movidas por parte del gigante tecnológico.
Y es que la mayor parte de los ingresos de Google son recaudados a través de su publicidad de AdWords, los bloqueadores representan una seria amenaza a su negocio.
El abuso de publicidad en algunas webs, y no solo la de Google, sino la de networks publicitarias dedicadas a hacer spam y abrir decenas de pop-ups a los usuarios, hace que los usuarios cada vez más decidan instalarlos.
Bloquear la publicidad ciertamente mejora el rendimiento de los sitios web, que dejan de hacer peticiones lentas y múltiples cada vez que se cargan, y también mejora la experiencia de usuario.
Pero a medio y largo plazo el bloqueo total de publicidad perjudica la calidad de internet, ya que los sitios web que derivan sus ingresos de publicidad adecuada se ven perjudicados.
Google ha hecho muchas movidas en el pasado, como negociar económicamente con empresas de bloqueadores, para que bloqueen publicidad intrusiva pero no afecten a la suya que se haya colocado de acuerdo a las directrices.
Google también ha intentado poner en su navegador Chrome su propio bloqueador para publicidad intrusiva, nuevamente manteniendo la suya.
Pero hasta ahora no habia podido dar un golpe fuerte que evite que los bloqueadores sigan perjudicando su negocio publicitario, por eso esta vez han decidido atacar el problema desde la raíz.
Google ha estado insistido a los desarrolladores de Chromium, el proyecto libre sobre el cual se basa Chrome, para que realicen cambios en el API del proyecto, en lo referente a los permisos que una aplicación pueda tener para interceptar anuncios.
Mediante la API webRequest se puede observar, analizar, interceptar, bloquear o modificar peticiones hechas por el navegador, esta es la API que los bloqueadores explotan para evitar que los anuncios se muestren.
Google ha tratado de convencer a los desarrolladores de Chromium que esto es un problema de seguridad y de privacidad que afecta al usuario, y al parecer han conseguido que les hagan caso.
En futuras versiones de Chrome se mantendrá webRequest pero únicamente con permisos para observar, por el contrario se implementara la API DeclarativeNetRequest que le quita estas posibilidades a las extensiones de terceros, y será el navegador (Google en el caso de Chrome) quien decida cómo manejarlas.
Si este cambio se implementa nativamente en Chromium, habrá que ver la reacción de otros navegadores basados en Chromium como Edge u Opera al respecto.
Esta movida de Chrome traerá consecuencias directamente, quizás los días de los bloqueadores están contados, o quizás Chrome empiece a perder cuota de mercado y los usuarios que buscan bloqueadores empiecen a buscar alternativas.